Osvaldo Avila
Durante años el grupo político que hoy ostenta los principales cargos gubernamentales, se dedicó a cuestionarlo todo y oponerse por sistema a las acciones emprendidas por los gobiernos emanados de los partidos tricolores y albiazules. La estrategia era muy clara, había que denostar, cuestionar los excesos y ofertarse como la única alternativa para resolver los problemas del país. Particular relevancia adquirían los tópicos de seguridad, se exageraba la participación de estas instancias y se acusaba reiteradamente de represión, así surgieron movimientos como el “Yo soy 132”, que exigía la apertura de los medios de comunicación o el de los desaparecidos de Ayotzinapa que clamaba: “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Una y otra vez se enardecía a las masas convocadas a la rebeldía contra un estado represor que sometía y maltrataba a los opositores, así se decía en aquellos tiempos, pero la rueda de la fortuna ha dado vueltas y hoy vemos excesos en manos de quienes antes se quejaban, los morenistas y aliados atropellan a quien se les atraviesa con acciones represivas haciendo gala de abuso de poder.
A efecto de comprobar lo dicho y no acudir afirmaciones temerarias, sirva de ejemplo los siguientes:
Con motivo de los intentos del gobierno poblano de efectuar la verificación vehicular, (bajo el supuesto de cuidar el medio ambiente y también de imponer un pase turístico obligatorio a quien transite por el estado), un importante grupo de ciudadanos organizados en el Movimiento Antorchista encabezados por el joven luchador social Ovidio Celis Córdova, anunció acciones de protesta en contra de la medida y ello implicaba necesariamente la interrupción del tránsito vehicular. De inmediato, en voz del mismísimo Gobernador sustituto, Sergio Salomón Céspedes surgió la amenaza contra los inconformes: “no nos reten, ni nos prueben”, “siempre estamos abiertos al diálogo, está nuestra mano para la construcción, pero que no nos prueben y tampoco que nos reten; la aplicación de la ley es de carácter general y las vías públicas son para que transiten, no para que sean tomadas” (¿o sea quién pretenda protestar, debe volar?); “no vamos a permitir ningún bloqueo” (consigna en primera plana del diario digital hipocritalector).
A la par de estas declaraciones violatorias de la ley, en primera plana del mismo diario se repite el refrito de mentiras bajo el título: “EL CLAN DE LOS CÓRDOVA” y se acusa presuntos desvíos y fortunas imaginarias en manos de los líderes. Lo dicho, en la filas de la oposición los morenistas eran auténticos redentores sociales que salían a las calles a denunciar agravios, incluso su máximo líder, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se posesionó en el 2006 de la avenida Reforma exigiendo el conteo “voto, por voto y casilla por casilla”.
La desmemoria, la soberbia y el desconocimiento de la ley llevan al Gobernador Céspedes a condicionar el uso de las vías de comunicación para una protesta ciudadana, ¿ignora que existe la Constitución donde se consagra el derecho a la manifestación? ¿no constituye un acto represivo recibir con la fuerza pública una protesta ciudadana? ¿los recursos públicos y convenios publicitarios deben emplearse para golpear opositores? Lo dicho, el autoritarismo en toda su expresión, los líderes de la 4t olvidaron aquellas proclamas callejeras declarando la guerra a todo aquel que levanta la voz.
Suma y sigue. El pasado jueves, reporta el Diario Milenio Televisión, un fuerte operativo encabezado por el contralor de la Ciudad de México Juan José Serrano, que se apersonó a la oficina de Desarrollo Social de la Alcaldía Cuauhtémoc, quién acompañado de más de 130 policías se apropiaron de 13 cajas de propaganda con la imagen de la Jefa de Gobierno de la Ciudad y frases, cuestionando las muertes en el colegio Rebsamen, los incidentes en el metro, las muertes de la línea 12 y el reciente incidente en la línea 3, de inmediato la Jefa del Ejecutivo local habló de una “campaña negra”, “guerra sucia”, alegan.
Esto fue un auténtico abuso de poder, usando la policía para intimidar y reprimiendo el derecho a la libre expresión, sea parte de una acción concertada o no, es un despropósito emplear la fuerza pública que debería cuidar a los ciudadanos para reprimir. Antes de estar en el poder, memes, videos anónimos, miles de panfletos con la cara de los gobernantes se ocupaban para hacer denuncia pública, hoy se calla a los críticos y la policía sirve para someter, ¡doble vara para medir! Pero también conviene aquí recordar en toda la geografía nacional hay mantas, espectaculares y bardas haciendo propaganda sobre Sheiunbam y eso constituye un acto a todas luces ilegal. ¿Deberán los gobernadores con la fuerza pública eliminar esa tortuosa imagen? ¿es ilegal difundir presuntos errores de Claudia Sheiunbam, pero impunemente nos pueden saturar con imágenes de su silueta?
Lo dicho. Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre, esa es la consigna. Una vez más se demuestra el doble rasero, MORENA es la máxima expresión de la incongruencia, aclaro, otros partidos también le han quedado a deber mucho al pueblo; pero aquí estamos ante excesos reiterados y una lógica inexistente, en tiempos de campaña, todas las soluciones, en el poder todas las excusas.
Como “luchadores sociales” Morena exigió la libre expresión y respeto a la libertad, en el poder amenazan y someten con la fuerza pública; otrora críticos infalibles, hoy se dicen víctimas de campañas negras y así podría seguir la lista.
Por ello el pueblo debe abrir bien los ojos, debe reflexionar y entender que antes, pero también ahora, los partidos y sus militantes emplean las mismas tácticas, ante esto se debe comprender la urgencia de crear una gran fuerza social que se ocupe de los problemas de la gente y en lugar de explicaciones dé resultados. Eso es lo que hoy resulta urgente y necesario, de lo contrario seguirán apoderándose del poder público quienes cambian su discurso y principios de acuerdo a su conveniencia. He ahí el gran problema y sus víctimas.